Braille, el código universal

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El braille un código universal que puede traducirlo todo. Vivimos en una época de exceso de información. Nuestro día a día es rutinario y tenemos tan interiorizados los elementos de nuestro alrededor que contienen información que, sin pensarlo, nuestro cerebro interpreta ese contenido. De lo que no somos conscientes es que más de doscientos millones de personas en todo el mundo tienen alguna discapacidad visual y no procesan información de modo visual. Para ayudar a estas personas, se creó un código especial, que hizo que pudieran entender la lectura igual que los demás, por eso hoy vamos a hablar del braille y de cómo este código universal puede traducirlo todo.

¿Qué es el braille?

Para aquellos que desconozcan esta terminología, el braille, llamado así por su creador, es un código con el que pueden escribirse y leerse todos los idiomas del mundo. Este sistema ofrece a la persona que lo está leyendo la capacidad de familiarizarse con la ortografía, la puntuación y la sintaxis gracias a su mecanismo táctil.

Para lograr su interpretación se usan las denominadas celdas braille, que consisten en la distribución de seis puntos en relieve repartidos en dos columnas verticales paralelas de tres puntos. Las posiciones de los puntos se identifican con los números del uno al seis y suman 63 combinaciones distintas. Estas celdas pueden representar tanto letras del alfabeto como números, signos de puntuación, partes de palabras o incluso palabras enteras. Lo más complejo de este sistema es que el grado de precisión debe ser exacto, ya que se usan las mismas celdas para distintos contextos y el más mínimo fallo puede llevar a errores críticos y a la mala interpretación del texto.

 ¿Cómo ha evolucionado en los últimos años?

El braille se originó en el siglo XIX. Inicialmente, las celdas se creaban manualmente y se tardaba muchísimo tiempo en transcribir páginas completas; además, su grado de precisión debía ser exacto, porque si se cometía algún tipo de error, había que volver a empezar desde el principio.

Este proceso se llevó a cabo durante muchos años, hasta que llegó la era digital. Era de esperar que, igual que en otros campos, el uso de las nuevas tecnologías ayudara a automatizar procesos y a agilizar el tiempo.

Actualmente existen programas informáticos, como el Duxbury Braille Translator o el Braille 2000, que ayudan a este tipo de transcripción. Para pasar de un texto al braille hay que transcribirlo a un archivo electrónico, en el que las celdas se codifican numéricamente, generalmente usando el braille ASCII.

Aunque este tipo de aplicaciones ha ayudado mucho, la intervención humana sigue siendo imprescindible. Igual que en los motores de traducción, hay que entrenar a este tipo de aplicaciones para que “entiendan” todas las combinaciones y sean capaces de transcribir a braille correctamente lo que se les ha introducido.

¿Por qué es tan importante la transcripción al braille?

Las personas que tienen discapacidad visual se enfrentan cada día a dificultades que impiden que puedan disfrutar de ciertas comodidades. Por eso existen una serie de ámbitos en los que el braille es un factor fundamental y asume mucha responsabilidad, ya que ayuda a todas esas personas a adaptarse a la sociedad.

  • Educación: este fue el punto de partida del código desde un principio. Fue en la escuela en la que estudió su creador donde se le ocurrió la idea de transcribir a un código universal, porque quería que cualquier persona pudiera entender y comprender por igual. Por eso hoy en día es tan importante, sobre todo en educación, que cualquier rama que se imparta esté adaptada al braille, ya que todo el mundo tiene derecho a la educación.
  • Asesoramiento legal: ya hemos comentado anteriormente que cualquier error en la traducción de documentación legal puede tener consecuencias catastróficas para las partes involucradas. Si a eso le añadimos la dificultad de que la persona con la que estamos tratando no puede ver, la documentación entregada debe estar perfectamente transcrita y no debe haber ningún tipo de error, algo que solo puede garantizar un profesional acreditado y especializado.
  • Ocio: no hay que olvidar que el entretenimiento forma parte de nuestro estilo de vida. Hay actividades que las personas videntes damos por sentadas, pero de las que las personas con discapacidad también quieren disfrutar, como por ejemplo leer un libro, la carta de un restaurante, etc. También a la hora de aprender un nuevo idioma los usuarios de braille tienen un punto de referencia común, con lo que les es más sencillo aprender otras lenguas y viajar.

El mundo que nos rodea contiene información que debe ser vista y leída. Tanto a las personas que desconocen un idioma como a aquellas que tienen algún tipo de discapacidad que les impide entender esa información les es necesario el uso de la traducción.

Un buen traductor debe ser capaz de adaptar cualquier tipo de contenido e interpretarlo en el código que sea necesario para su comprensión. En ATLS contamos con un gran equipo de profesionales nativos y especializados que ayudan a entender el mundo mucho mejor. Visita nuestra página web y echa un vistazo a nuestros servicios de traducción. Si tienes dudas, ponte en contacto con nosotros y te ayudaremos a encontrar la mejor solución para tu negocio.

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Escrito por ATLS

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